ALDEA INFANTIL SOS ENNERDALE
Aldea Infantil SOS Ennerdale
Johannesburgo es la ciudad más grande de Sudáfrica. Aquí se encuentran algunos de los municipios más grandes del país, donde miles de niños crecen en la pobreza y sufren exclusión social desde la cuna. Estos niños necesitan ayuda para convertirse en adultos seguros de sí mismos y con éxito.
Las consecuencias del apartheid siguen siendo visibles hoy en día
Ennerdale es un suburbio de Johannesburgo, construido en la década de 1970 por las autoridades locales con la intención de crear un nuevo tipo de municipio. El objetivo era lograr la independencia económica y, al mismo tiempo, mantener la segregación racial. Las estrategias de planificación urbana del régimen del apartheid pertenecen ahora al pasado, pero todavía hay signos de desigualdad. Estas zonas suelen estar culturalmente desfavorecidas; faltan parques o centros culturales y alimentos
frescos o congelados (por ejemplo, harina o productos de panadería). La escasez de suministros puede atribuirse principalmente al mal estado de las carreteras de acceso. Muchos municipios carecen de alcantarillado, agua corriente y electricidad. Las infraestructuras necesitan urgentemente una renovación. Muchos habitantes no son propietarios del terreno, han construido sus casas sin autorización y, por tanto, no tienen derecho a los servicios públicos.
Muchos niños desfavorecidos desde el nacimiento
La población de Johannesburgo asciende a más de 3,7 millones de personas. Johannesburgo sigue siendo una ciudad profundamente dividida. Muchos de los niños que nacen aquí están desfavorecidos desde el principio. Crecen en la pobreza y viven en condiciones precarias, con altos índices de desempleo y delincuencia. No tienen acceso a una educación que podría mejorar su calidad de vida.
Los niños también tienen una corta esperanza de vida y son susceptibles a las enfermedades. Crecen en la pobreza, sufren marginación social y discriminación y les cuesta desarrollar la confianza en sí mismos. Si no reciben ningún apoyo, sus problemas se agravan cuando se convierten en adolescentes, lo que a menudo les lleva a comportamientos desviados.